
Hoy en día, la industria alimentaria utiliza estrategias de marketing para hacer que los productos parezcan más saludables de lo que realmente son. Frases como “bajo en grasa”, “sin azúcar añadido” o “natural” pueden engañarnos si no sabemos interpretar correctamente la etiqueta nutricional. Aprender a leer estas etiquetas es clave para tomar decisiones informadas sobre nuestra alimentación y cuidar nuestra salud metabólica.
En este artículo, te explicaremos cómo identificar la información clave en las etiquetas nutricionales y evitar caer en trampas de marketing.
Revisión de la porción recomendada
Con el nuevo formato de etiquetado nutricional y los sellos de advertencia de la normativa actual, la información debe de estar presentada en base a 100 gramos o mililitros del producto. Esto hace que un producto pueda parecer alto en azúcares, sodio o sal, grasas o calorías, pero si se revisa el tamaño adecuado de la porción podría ser mucho menor de lo que normalmente consumirias.
Consejo: Antes de comprar, verifica cuántas porciones contiene el envase y haz los cálculos necesarios para saber cuántas calorías o nutrientes realmente consumirás.
Identifica los azúcares ocultos
El azúcar puede aparecer bajo diferentes nombres en la lista de ingredientes, como jarabe de maíz de alta fructosa, maltodextrina, fructosa, glucosa o sacarosa. Un producto etiquetado como “sin azúcar añadido” aún puede contener azúcares naturales en grandes cantidades.
Consejo: Revisa el contenido total de carbohidratos y la cantidad de azúcares añadidos en la información nutrimental. Por normativa los ingredientes se ordenan de mayor a menor contenido, es decir que si el azúcar aparece en los primeros lugares de la lista de ingredientes, el producto contiene una cantidad significativa de azúcar.
No te dejes engañar por “bajo en grasa”
Muchos productos que dicen ser “bajos en grasa” contienen grandes cantidades de azúcar o sodio para compensar el sabor. Es importante verificar la información nutricional y no asumir que “bajo en grasa” significa “saludable”.
Consejo: Prioriza alimentos con grasas saludables, como el aguacate, los frutos secos y el aceite de oliva, en lugar de productos ultraprocesados con etiquetas engañosas.

Aprende a leer la lista de ingredientes
Los ingredientes están ordenados de mayor a menor cantidad en la etiqueta. Si los primeros ingredientes son harinas refinadas, azúcar o aceites hidrogenados, es mejor evitar ese producto.
Consejo: Opta por productos con una lista corta de ingredientes y que sean fáciles de reconocer. Mientras menos procesado, mejor.
El sodio y los aditivos también importan
El exceso de sodio, o sal, puede contribuir a la hipertensión y otros problemas de salud. Muchos productos procesados contienen altas cantidades de sodio y conservadores.
Consejo: Elige alimentos con menos de 140 mg de sodio por porción y evita productos con muchos aditivos o nombres químicos desconocidos.
Leer etiquetas nutricionales es una habilidad esencial para mantener una alimentación saludable y evitar caer en trampas de marketing. La próxima vez que vayas de compras, revisa las etiquetas y toma decisiones informadas.
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