
La conexión entre el sueño y el peso corporal
Dormir bien no solo te hace sentir más descansado, sino que también juega un papel clave en el control de tu peso. Diversos estudios han demostrado que la falta de sueño puede afectar las hormonas que regulan el hambre y el metabolismo, lo que podría llevar a un aumento de peso y mayor dificultad para perderlo.
Si sientes que no estás durmiendo lo suficiente y te cuesta mantener un peso saludable, hacer algunos cambios en tu rutina puede marcar una gran diferencia. Aquí te compartimos consejos prácticos para mejorar la calidad de tu sueño y apoyar tu bienestar general.
Establece un horario de sueño regular
Tu cuerpo tiene un reloj biológico interno que funciona mejor con una rutina estable. Intenta acostarte y despertarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular tu ciclo de sueño y a mejorar la calidad del descanso.
Consejo: Establece una rutina nocturna relajante, como leer un libro o tomar un baño tibio antes de dormir.
Evita la cafeína y el alcohol antes de dormir
El consumo de cafeína en bebidas como refrescos (aunque sean sin azúcar), café y algunos tés (té rojo, té negro, té verde y canela) en la tarde o la noche puede dificultar conciliar el sueño. Por otro lado, aunque el alcohol puede hacer que te sientas somnoliento, interfiere con las fases profundas del sueño, afectando su calidad.
Recomendación: Opta por infusiones sin cafeína, como té de manzanilla, menta, hierbabuena, tila, 7 azahares o valeriana, para relajar tu cuerpo antes de dormir.
Reduce el uso de pantallas antes de dormir
La luz azul de los dispositivos electrónicos inhibe la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Esto puede hacer que te cueste más trabajo conciliar el sueño y afectar su profundidad.
Tip: Apaga pantallas al menos 30-60 minutos antes de acostarte y opta por actividades relajantes como la lectura o la meditación.

Cuida tu alimentación en la noche
Las cenas pesadas y ricas en carbohidratos pueden dificultar el descanso. En su lugar, elige cenas balanceadas y nutritivas.
Ejemplo: Usa como base el método del plato para las comidas principales y cena; es decir la mitad del plato que sea de vegetales como ensaladas o verduras al vapor, ¼ de proteínas bajas en grasa como pollo o pescado y ¼ de cereales ricos en fibra complementados de grasas saludables como tostadas horneadas con aguacate.
Haz ejercicio, pero en el momento adecuado
La actividad física mejora la calidad del sueño, pero hacerlo muy tarde puede activarte demasiado y dificultar el descanso. Lo ideal es hacer ejercicio por la mañana o por la tarde.
Recomendación: Una caminata ligera, yoga o estiramientos después de cenar también puede ayudar a relajar tu cuerpo y prepararlo para dormir mejor.
Crea un ambiente propicio para dormir
Tu habitación debe ser un espacio tranquilo y cómodo. Mantén la temperatura agradable, reduce el ruido y asegúrate de que tu colchón y almohadas sean adecuados para un buen descanso.
Consejo: Usa cortinas oscuras aislantes de ruido y luz o blackout para bloquear la luz externa y mejorar la calidad de tu sueño.

Maneja el estrés y la ansiedad
El estrés puede afectar tu sueño y tu metabolismo. Practicar técnicas de relajación como la respiración profunda, el yoga o la meditación puede ayudarte a reducir el estrés y mejorar tu calidad de sueño.
Ejemplo: Dedica 10 minutos antes de dormir a una meditación guiada para relajar tu mente y cuerpo.
Dormir bien no solo te ayuda a sentirte mejor, sino que también puede ser clave para controlar tu peso y mejorar tu salud metabólica. Implementar pequeños cambios en tu rutina diaria puede hacer una gran diferencia en tu bienestar general.
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